David Ferrer podría arrebatarle a Rafa Nadal la cuarta plaza este final de año y volver de esta forma al Top 4 tras casi más de cuatro años fuera de él. Una posibilidad complicada, pero que no cabe descartar a tenor del buen rendimiento del tenista de Jávea y la prolongada ausencia de Nadal por las pistas de tenis.
Actualmente, el tenista balear es cuarto en la clasificación con 7.385 puntos, por los 5.960 de Ferrer. Una diferencia considerable de 1.425 puntos, pero ni mucho menos insalvable para un David Ferrer que acostumbra a realizar grandes finales de temporada.
El problema para el alicantino no es la distancia en sí, sino los puntos que defiende de aquí al final de temporada. Ferrer fue finalista el año pasado en el Masters 1000 de Shanghái y de la ciudad china defiende 600 puntos.
A esos 600 puntos, también debe descontar las semifinales de la ATP World Tour Finals (400) y de los ATP 500 de Tokyo (180) y Valencia (180), así como unos cuartos de final de París-Bercy (también 180). En total, 1540 puntos que responden a su buena actuación en el tramo final del curso pasado.
Por su parte, Nadal tiene un margen más amplio. Aunque el mallorquín no ha anunciado aún si va a regresar o no este año a la competición, lo cierto es que apenas defiende los 300 puntos de la final de Tokyo, los 200 de su victoria contra Mardy Fish en la Round Robin de la ATP World Tour Finals y otros 90 de los octavos de final del Masters 1000 de Shanghái. Es decir, 590 puntos en total, casi mil menos que su rival en esta carrera por la cuarta plaza.
Ahora bien, teniendo en cuenta la larga ausencia de Nadal, el salto de David Ferrer es posible, difícil pero viable. Eso sí, para ello debe sumar dos mil puntos de aquí al final de temporada siempre y cuando Nadal no compita.
La prueba para entenderlo mejor es la Race, clasificación que sólo tiene en cuenta las actuaciones del presente curso. Ahí el balear dispone de 6840 puntos, y Ferrer de 4780. Por tanto, son 2060 puntos los que el alicantino debe recortar para acceder al Top 4.
Muchos puntos que conseguir y que deben de forzar a ver el mejor Ferrer. Sin embargo, con dos Masters 1000 todavía en juego, el ATP 500 de Valencia y de Pekín y la ATP World Tour Finals todo es posible.
De hecho, si algo tiene a favor Ferrer son los precedentes. En todos estos torneos, salvo en París-Bercy, sabe lo que es llegar a la final. Un ejemplo de sus buenos finales de temporada lo tenemos en el 2007, cuando logró meterse en la final del Masters de Shanghái y ganar Tokyo. Además, en Valencia 2010 fue capaz de ganar el torneo.
En febrero aún más fácil
Si la opción de acabar cuarto es todavía factible, más aún lo es serlo en febrero tras la finalización del
Open de Australia. Y es que ahí, aunque Nadal ya esté en condiciones, debe defender 1200 puntos de su final contra Novak Djokovic de 2012. Por contra, David Ferrer sólo pone en juego los 360 puntos de sus cuartos de final, donde también el serbio lo apeó.
En este caso, las posibilidades de Ferrer sí que aumentan de forma considerable y lo raro sería que no desbancara al balear. Aunque claro, conociendo a Nadal tampoco es descartable que reaparezca, gane en Australia y zanje el debate.
Las consecuencias de un Nadal quinto
Si Rafa Nadal descendiera a la quinta posición, las
consecuencias serían importantes no sólo para él, sino para los cuatro primeros también. Que el balear bajase a ese puesto significaría que debería emparejarse en los Grand Slams y Masters 1000 con algún integrante del Top 4. Y eso no es plato de buen gusto para nadie.
Un enfrentamiento
Nadal-Djokovic o
Nadal-Federer en cuartos sería una noticia terrible. Primero para el torneo que vería demasiado pronto un partido de ese calibre. Y luego para el jugador que perdiera, que dejaría de sumar unos puntos de oro en la lucha por la cima del tenis.
Y lo peor es que la situación se prolongaría bastante tiempo, puesto que si Nadal baja en el ranking hasta la llegada de Wimbledon tendría muy complicado volver a sumar puntos ya que defiende muchos puntos en tierra batida de sus triunfos en el 2012.
Por tanto, si se consumara el intercambio de posiciones, la ATP tendría que hacer frente a un nuevo escenario.
