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Afloran en Pico los cultores de "San La Muerte"

Volver a hablar de este tema se relaciona, lamentablemente, con la desaparición física de la pequeña Sofía Milagros Viale porque en medio de un rastrillaje realizado en la banquina de la ruta provincial 1 entre General Pico y Trebolares, la policía halló no menos de cuatro escenarios paganos donde personas anónimas realizaron actos venerativos a San La Muerte.

Velas, telas de rasos con inscripciones de nombres y fechas, botellas, figuras de cerámica rotas y estatuillas del Santo quedaron a la vista de los policías y agentes de Defensa Civil, cuando caminaban por un sector de la mencionada ruta. No es posible hasta ahora ‘conectar’ el caso Sofía con este tipo de prácticas, pero lo llamativo resulta al conocer que algunos habitantes se entreguen a este tipo de ritos muy cerca de la ciudad. En principio, lo bueno sería que algún funcionario municipal o provincial active la limpieza de la zona de banquinas en esos tramos, especialmente en uno al cual los piquenses conocieron por siempre como ‘Villa Cariño’.

Lo segundo, para la familia, es estar prevenidos ante estas apariciones. Hace días, el asesinato del estudiante Rodrigo Ezcurra en el Bajo Flores de Buenos Aires, cometido aparentemente por una promesa que el principal acusado le habría hecho al santo pagano San La Muerte, despertó algunas inquietudes relacionadas con los atributos, la veneración y los rasgos de un culto del que poco se conoce.

Y probablemente, para los seguidores de la telenovela Malparida su nombre resulte ‘familiar’ por las constantes invocaciones que Gracia (el personaje interpretado por Selva Alemán) realiza noche tras noche a este ídolo para ‘proteger’ a su nieta Renata (Juana Viale) de los infortunios del destino. Pero lo cierto es que desde hace tiempo el santo goza de gran popularidad en varias zonas del país.

Antecedentes

También conocido como Señor de la Buena Muerte, Señor de la Paciencia, San Justo Nuestro Señor de la Buena Muerte, Nuestro Señor de Dios y la Muerte, San Esqueleto, Ayucaba, Señor que Todo Lo Puede, San Severo de la Muerte o El Santito su figura es venerada, sobre todo, por quienes residen en el noreste argentino, principalmente en la provincia de Corrientes y en menor medida en Misiones, Chaco y Formosa. Desde 1960, sus seguidores se expandieron, además, a regiones de Santa Fe y, especialmente, al Gran Buenos Aires, y también cuenta con fieles en Paraguay y el sur de Brasil.

Para los creyentes, sus imágenes sirven de amuleto, pero su efectividad caduca si no están bendecidas. Como la Iglesia Católica se niega a realizar bendiciones de la estatuilla o cualquier representación por tratarse de un culto pagano, es común que sus devotos concurran a misa y exhiban sus representaciones cuando el sacerdote imparte la bendición tradicional que se brinda durante la celebración.

A San La Muerte se lo invoca igual que a otro santo. Según cuentan los fieles, se recurre a él para interceder ante Dios en medio de la adversidad para que les brinde la gracia que necesita en ese momento. La diferencia es que a San La Muerte se le puede pedir que realice algún daño.

Su imagen es la de un tenebroso esqueleto, vestido con una capa que puede ser de varios colores y sus atributos tienen significados particulares. A saber: Su guadaña: ubicada en su mano derecha como señal de igualdad ante Dios, simboliza que a todo ser viviente le llegará su hora de partir ante él. Su figura esquelética: representa la similitud con todos los seres humanos y que la muerte está desarraigada de lo material, o sea la tentación de los hombres. Sus ojos rojos: simbolizan la sangre, que por medio de su color, une a todos los seres humanos. Su sonrisa: demuestra el regocijo del conocimiento eterno sobre la vida y la muerte. Sus mantos o capas: pueden ser de distintos colores (negro, blanco o rojo) según el tipo de pedido del fiel.

Varias son las leyendas que se tejieron en torno al santo. Las más populares hablan de un hombre descarnado en posición fetal, un rey famoso que muere y representa a Dios y un médico brujo que ayudaba a los reclusos leprosos alejados en una celda. Su culto es temido es muchos lugares y hasta está asociado con algo diabólico. Algunos, incluso, no tardaron en relacionarlo con delincuentes, narcotraficantes, asaltantes y mafiosos.




FUENTE: "La Reforma"

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